Desmontando cuentos

La sirenita

Ya lo dijo Sabina hace tiempo, “Las niñas ya no quieren ser princesas”. Y menos mal, digo yo.

Porque vaya telita con las princesas de Disney… que ahora me pongo con La Sirenita, pero que las demás poco tienen que envidiar…

A ver, muchacha… ¿Qué es eso de hacer todo lo que sea por un tío?¿Renunciar a tu casa, tu familia, tus amigos, tus alas (en tu caso la cola de pez) y hasta la voz? ¿Desde cuando el centro de tu vida es un tío que encima no te quiere?

Menos mal que éste cuento acaba como el rosario de la Aurora, es decir, mal, mal, mal… tan mal que nuestra Sirenita termina “muerta, matá”, porque ahí por lo menos se le puede sacar la moraleja:

‘Así vas a terminar como sigas tan gilipollas.’

Porque por muy príncipe chulazo que sea, si él no te quiere, pues ya está. Asúmelo, supéralo y a lo tuyo, a vivir tu vida, porque la felicidad no depende de nadie nada más que de ti misma.

Vamos, concretando; que no queremos ser princesas, que no necesitamos que nos salven ni nos mantengan ni mucho menos que nos quiten la voz. Queremos decir y decidir, lo que queramos y cuando queramos. Así de facil.

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